CUANDO LA TRISTEZA SE CONVIERTE EN DEPRESIÓN

 

Al igual que la ira, felicidad o enojo, la tristeza es una emoción básica del ser humano, y nadie es ajeno a sentirla. La tristeza es una respuesta natural de nuestro cerebro a situaciones negativas, acontecimientos estresantes o ante situaciones de pérdida, pero si ésta perdura puede convertirse en depresión.

Cuando estamos en equilibrio, la tristeza, al igual que el resto de las emociones desaparecen a su debido tiempo; los cambios de humor o ánimo son naturales, incluso a lo largo de un mismo día.

Sin embargo, cuando tenemos un ánimo bajo de manera frecuente y de forma persistente durante días o semanas, estos cambios nos limitan y pueden resultar en un trastorno del ánimo y/o inestabilidad anímica.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una tristeza patológica que se acompaña de síntomas como la pérdida de vitalidad, de la capacidad de disfrutar las cosas, enlentecimiento mental y físico, pesimismo, apatía, vergüenza, alteraciones del sueño, pérdida de apetito e incapacidad de sentirse con ganas moverse o hacer las cosas, entre otros.

Se puede llegar a la depresión cuando estamos sometidos a situaciones de tensión prolongadas e intensas, por eso es importante intervenir cuando estamos sometidos a estrés o a un estilo de vida poco saludable. La depresión puede desencadenarse por pérdidas, ya sea de trabajo o de un ser amado o cambios importantes como mudarse de ciudad o escuela, o como el aislamiento que vivimos en esta pandemia, cambios fisiológicos y hormonales, traumas del pasado, abuso de sustancias o algún trastorno mental.

Una diferencia importante entre la tristeza y depresión es que en la depresión no se recuerda el hecho que genera el malestar, mientras que cuando estamos tristes sí reconocemos el hecho que la causa.

La tristeza no necesita terapia, la depresión sí.

La depresión es un trastorno serio que debe ser tratado por un profesional, ya que afecta significativamente la calidad de vida de las personas; además existe una alteración en el funcionamiento del cerebro. Por lo que se debe trabajar en la raíz de aquello que provoca el problema para poder eliminar el trastorno. 

La depresión es tratable y no nos resta valor como seres humanos, tampoco nos convierte en seres más débiles, solo hay que pedir ayuda. La depresión muchas veces se puede intensificar y al ignorarla puede escalar acarreando mayores problemas de salud, incluso hasta el punto de desear quitarse la vida. 

 
Cynthia Eglin