Constantemente escuchamos que debemos procurar el cuidado de nuestra salud, reducir el consumo de tabaco y tener una alimentación sana; pero ¿qué hay de la forma en que percibimos el mundo, de las emociones y el estrés que nos impacta? Nuestra regulación emocional
Las emociones se activan en el organismo y su función es hacer que nos adaptemos para mantenernos a salvo o para motivarnos. La función adaptativa de las emociones depende de la evaluación que cada persona hace del estímulo que pone en peligro su equilibrio, y de la respuesta que genere para afrontarlo.
Cuando las emociones negativas y estresantes se presentan de forma continua y prolongada, tienen una alta influencia en el desarrollo de distintas enfermedades. Imagínate que eres una persona que constantemente tiene ataques de ira no expresados, tristeza, sentimientos de impotencia y malestar repetitivo y que, además, no puedes ser capaz de canalizar esas emociones, convirtiéndose en un cúmulo de malestar, generador de estrés, ansiedad y depresión.
Si no sabes canalizar tus emociones, no te preocupes, aquí te compartiré algunas herramientas que podrás utilizar para cuidar de tu salud emocional.
Reflexiona. Las emociones que se presentan ante situaciones estresantes y nos causan ansiedad, son una respuesta a nuestros pensamientos, es importante que reflexiones y te preguntes ¿Es una situación donde existe una solución? ¿Estaré siendo muy duro conmigo? ¿Esto que pienso me está afectando de tal forma que necesito pedir ayuda para poder ver las cosas desde otro ángulo?
Ejercicio y meditación. Muchas veces nos anclamos a emociones negativas donde nuestro diálogo interno también es negativo, causándonos daño fisiológico. Es importante que hagas ejercicio, meditación y recuperes tus vínculos familiares, además de desechar a las personas tóxicas.
Vive de acuerdo con tus principios, no te quedes en el “deber ser”, dando gusto a todos menos a ti. En muchas ocasiones la necesidad de aceptación y de complacer a nuestros padres y jefes, nos llevan a convertirnos en personas que no somos, sintiéndonos perdidos. Recuerda tus logros no te definen, tus valores y principios si.
No te enganches con tus emociones. Recuerda que tus emociones están allí para adaptarse mejor a las situaciones, pero deben ser pasajeras, ya que de otra forma producirán alteraciones en nuestra salud como dolores de cabeza, hipertensión, enfermedades arteriales, etc. Y cambian nuestra respuesta fisiológica y nos alejan de las buenas conductas de salud, como una alimentación sana, ejercicio y relaciones sociales. Fomenta las emociones positivas que aumentan tu bienestar y que sirven de protección.
