Este año 2021 descubrí que la vida no es una línea recta con prerrequisitos establecidos, como nos han hecho pensar desde la niñez. A veces, creemos que tenemos que estudiar, casarnos, tener hijos y que con esto resolveremos las expectativas de nuestros padres y alcanzaremos la felicidad y estabilidad.
Uno de los aprendizajes más importantes que quiero compartir con ustedes es la importancia de romper paradigmas, creando nuevas teorías e ideales que nos permitan cuestionarnos acerca de aquellas creencias limitantes que nos hacen tomar decisiones que sabotean aquella relación maravillosa, aquel trabajo exitoso o simplemente pasarnos la vida juzgándonos por medio de pensamientos distorsionados que únicamente merman nuestra autoestima y nos llevan a sentir que no valemos lo suficiente.
Te invito a atreverte a tomar nuevas y mejores decisiones, aprendiendo a confiar en ti y en tu proceso. Tal vez en un año encuentres al amor de tu vida, descubras tu verdadera pasión, o tal vez hasta que cumplas 50. Sin importar cómo suceda o cuando, siempre se amable contigo, no llenes tu vida de metas innecesarias solo para estar a la par de tus amigos y sentir que no te quedas atrás.
R e c u e r d a… que todo lo que crees que necesitas para ser feliz lo aprendiste de tu familia, de la sociedad y de la cultura. Descubre y crea tu propia fórmula, tus propios tiempos, pero sobre todo confía en ti y en todo lo que eres capaz de lograr.
Cuando Thomas Alva Edison inventó la bombilla, no lo logró a la primera, sino que realizó más de mil intentos, pero nunca se rindió porque confió en su pasión.
Cuando no nos rendimos y proyectamos una visión positiva de lo que somos capaces, esto se convierte en el motor que necesitamos para descubrir nuestro potencial, permitiendo que afloren capacidades hasta entonces desconocidas.
Necesitamos muchos cambiadores del mundo, personas apasionadas que confíen en su potencial, ya decía Ghandi: “Se el cambio que quieres ver en el mundo”.